sábado, diciembre 16, 2006

Las "pirámides" de Güímar, la farsa que no cesa

Al mejor escribano le puede salir un borrón. Y en cualquier diario, incluyendo El País, forzosamente tienen que trabajar periodistas indocumentados. Uno de ellos es el que firma un artículo en el suplemento El Viajero de hoy sábado, titulado Pirámides bajo el volcán: Secretos de la cultura guanche en el parque etnográfico de Güímar. Ignora el periodista que las estructuras de Güímar no son pirámides, sino lo que por estos lares llamamos majanos, y que no son guanches, sino que fueron construidas en el siglo XIX, en pleno auge de la explotación de la cochinilla. Una lectura atenta del artículo citado permite comprobar no sólo hasta dónde llega la ignorancia del redactor, que se ha limitado a transcribir los folletos que se reparten en el Parque Etnográfico Pirámides de Güímar, sino incluso la tendenciosidad de algunas de sus afirmaciones.
Por poner un ejemplo: en el artículo se citan las excavaciones arqueológicas realizadas en 1991 por el "Departamento de Arqueología" (sic) de la Universidad de La Laguna, pero no dice cuáles fueron sus resultados, publicados y suficientemente conocidos, al menos por la comunidad científica. Es obvio que a este periodista del diario El País la verdad no le va a estropear un buen titular, del mismo modo que al difunto Thor Heyerdhal la verdad tampoco le estropeó un buen negocio en el sur de la isla de Tenerife. Pero no estaría de más que, al menos, el redactor hubiese dedicado un párrafo (o unas cuantas frases), a explicar por qué son legión los arqueólogos, prehistoriadores y demás científicos que han descartado el origen prehispánico de estas estructuras.
Es evidente que un periodista que se dedica a glosar las excelencias del turismo cultural no tiene por qué estar al tanto de la bibliografía científica, ni tiene por qué haber leído el muy recomendable libro titulado i-dentidad canaria. Los antiguos, del que Artemisa Ediciones ya ha publicado varias ediciones (en el que se incluye un excelente capítulo dedicado, precisamente, a los majanos de Güímar). Pero al menos, el periodista podía haber tecleado "pirámides de Güímar" en Google y visitar alguna página más que la del chiringuito montado por Heyerdhal. De este modo, podría h
aber leído lo que se dice sobre este vergonzoso asunto en algunos blogs como Magonia, o incluso en el artículo dedicado a este "parque etnográfico" (sic) en Wikipedia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me temo, Suetonio, que ese artículo, mas que un relato verídico es lo que llaman publi-promo o sea un texto publicitario pagado por el naviero propietario de los adornados montones de pedruscos. Resumiendo, un asunto de negocios o quizá, vaya usted a saber, de comisiones.

Pero que aquello es un montaje, se nota a kilómetros. Lo de Heyerdahl es normal si se tiene en cuenta que era viejo amigo de los Olsen, aunque sus teorías sobre migraciones oceánicas se den de narices con la realidad. En mi opinión solo un buen nombre para vender el camelo.

Del resto de los artículos de ese suplemento se puede pensar lo mismo: anuncios publicitarios. La realidad seguramente es otra. Exactamente igual que Babelia, donde lanzan los libros de las editoriales del grupo Prisa.

Negocios. Como los que venden a Canarias como un paraíso tropical.

Quien se lo quiera creer, que se lo crea. Su problema.

Saludos cordiales

Anónimo dijo...

Típico de Tenerife.

Promoción pura y dura.

Daniel Prado dijo...

Os pongo un enlace con más fotos e información de las pirámides de Güimar.

Pirámides de Güimar